El tiempo en las damiselas eternas no existe porque son infinitas y sublimes, un gran jardín de rosas rojas está disponible para ellas; sus cantos y sufrimientos aletean al contar de sus estilizados pasos.
Tu si existes mujer eterna, existes más que yo y que cualquiera, existes porque vives fuertemente todos los sabores de la vida; porque imaginas y amas, sonríes, y te apasionas…porque tu mujer eterna agarras todo momento en tus brazos, lo besas o lo lloras conforme a la gran ocasión.
Admirable es el viento y la esencia de sus pasos; algún oxigeno indestructible sincero y espontaneo; Las heridas de mujeres eternas son hondas porque reúnen en si las injusticas de muchos humanos, las lagrimas son profundos mares, porque llevan consigo la nostalgia del mundo; los actos son reales porque hoy y en el futuro de estas mujeres no existe la mentira; La perspectiva es natural y única, el amor es limpio, la belleza completa…Todo esto en la mujeres eternas…
Solo me queda una inquietud y dolor al respecto…¿Por qué al mundo no le gustan las mujeres eternas? Yo las aprecio como a nadie, ¿Por qué yo y todos solo las destruimos? Hoy solo quisiera volver a armarlas, Gran alma eterna, mujer sincera; mujer eterna…
En la infinidad de tus días recuerda el inmenso amor que abarcas; las realidades que arrastras, jamás, jamás olvides a tu extensa fuerza.
Te regalo una rosa de palabras simples, para que algún día la visites como a una tumba muerta; para que botes sus pétalos y quemes su tallo, para que te guardes a ti en el pastizal infinito de tu jardín.
Con gran estima para Vivi att--> Valentina Castaño
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