sábado, 7 de noviembre de 2015

brugmacea

Sagradas plantas que nos brinda la madre,
como regalo del cielo que llega para amparar nuestro ser,
Ahora podemos ver, el brillo de los corazones inocentes,
la verdad de los antigüos sabedores,
La magia existente en la vida,
nos hablan los elementales,
se ofrendan en nuestro ser,
creando un campo sutil de belleza
una vibración que eleva nuestros pensamientos,
podemos llegar a la unidad de la realidad en conexión  con el espíritu universal
nuestro cuerpo se convierte en el medio para alcanzar la trascendencia
nuestras vivencias en el juego eterno de aprendizaje,
El lugar en donde la vida fluye sin limites,
donde podemos aprender directamente de la naturaleza
ampliando nuestra percepción,
respetando los seres que habitan,
llevando la semilla de amor a todos los espacios de concreto
cimentando nuestra vida en la profundidad,
allí donde el todo se completa, se extiende y manifiesta.

En el espacio donde la paz desciende con una sonrisa amorosa, y la gratitud se afianza en las vibraciones de cantos ancestrales provenientes de lo profundo de la tierra.
Poción de conciencia presente.