jueves, 29 de diciembre de 2011

Antecedente.


Los seres humanos extraordinarios, merecen ser descritos aunque sea por comunes analfabetas de la vida.
Ellos han experimentado tanto, que uno no sabe si eso que ve es el rasgo de los delirios o el conjunto de sabiduría que han ido acumulando. Están tan cargados de si mismos que nos van reprochando nuestra  duda: “yo no sé quién soy”. como si entenderlo, nos suprimiera el resto de inquietudes de la existencia y nos mantuviera en la certeza de nuestro propósito incierto.
Pese a esto, la exigencia no es descifrar los pasos que se esconden detrás de cada rostro; sino, tantear esa personalidad irrepetible que se va desenmascarando frente a nosotros. Podemos admirarla, absorberla, codiciarla, imitarla, plasmarla… Es en esa sensación de ser con el otro que transitamos dentro de sus zapatos; podremos decir para entonces; cuanto he sentido fuera de mi.
Me he dedicado a la observación y la creación a partir de mis interpretaciones; este es solo un producto de las perspectivas que en cada limite de ventana extiendo. El tiempo, el prejuicio, la experiencia propia, los objetos, he incluso los acompañantes de camino distorsionan mis sentidos.
Mis expectativas nunca son alcanzables; debido a que lo que he experimentado he imaginado, siempre supera la realidad que simula.


domingo, 11 de diciembre de 2011



"Teníamos empapados nuestros días de una extraña felicidad indescriptible, como lo íbamos a poder describir si ella, la autora de esa felicidad, era la persona menos imaginable del mundo" Berenice.


 Berenice me persigue, ¿Que le puedo decir?

Que no le quiero escribir, que no puedo ceder ante la evidencia de estar íntimamente relacionada a ella, que prefiero tener  líneas de explicaciones redondas, que la llevaran a donde ya estaba. Le puedo decir que en mi no hallara nada.

- Berenice- Si te unes a mi forma de sentir, será tu perdición; 
ya han escrito de ti, sobre ti, penetrándote a ti. 
¿Para que necesitas tanta sensiblería?
Te la daría solo si pudieras volar y sentarte en los ojos de esa niña que se viste rosa, si te quitaras por fin esa fuerza roja que nos ataca.
A mí no me vengas con que te debo describir, que debo contar lo desenfrenada y instantánea que eres, 
para que recoger las trampas de ratón; si allí dejaste nuestros estrógenos como advertencia; 
para que escucharte si aquí tengo un siglo conociendo tus detalles.
Y me dicen que eres hermosa, pero yo no te quiero conocer; ni siquiera reinventarte, será un fracaso, te lo aseguro.

Lo que yo pueda decir para convencerte no interesa,igual, aquello que uno no quiere hacer es a lo que más se atreve.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Es primero de Diciembre, la ciudad se enciende.
Los bombillitos son prendidos con entusiasmo por cada humano. Por primera vez, desde que la oscuridad abarco todas las temporadas, se nos permitió  iluminar durante una hora ,con una pequeñísima luz de navidad nuestras casas.
La cera se derrite en mis manos deterioradas y mis ojos cansados de ver pantallas fueron obligados a forzarse en la espesura de las tinieblas.
Antes, me quedan certidumbres en medio de el negro ; las manchas de quemaduras y pecas a los que los años y las enfermedades me condenan, rematan mi aturdimiento.
olvide leer y reconocer, pero aun existo, lo se porque veo sombras.