un rey negro lleva un costal a cuestas, y se cruza con un hombre de rojo, que se pasma repentinamente y sigue corriendo.
Un sujeto bebe un litro de leche, sostiene en una de sus manos la bolsa. el liquido le infla los cachetes que luego de salpicar el liquido se escurren; el haz rojo se vuelve un ocho con la zancadilla; el ladronzuelo cae y lo atrapa un triman verde.
La escena sucede justo encima de el caño, el puente que separa varios mundos por el muro. Se mantiene en un entretenido juego a un hombre, que va lanzando azarosamente cada carta con todos los personajes; el juego mas placentero: el solitario sobrepuesto.
Sin embargo el placer del misterioso indigente no termina en este lugar; allí mismo cuando aparentemente un juego es terminado; las cartas saltan y son de inmediato jugadas por los demás encargados. Así sucesivamente las cartas se observan, se cruzan y rozan. en cuanto son llevadas por el viento a destinos inciertos.
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