llega este peculiar sujeto a su ventana y desde allí se deja caer.
tenemos dos alas de carne batiéndose en el aire, pero no vuelan solo luchan como los pichones que aprenden a soportar la gravedad en el limbo.
es un costillar de humano lo que revolotea, hay un cuerpo sin camisa, abierto de par en par.
el cuerpo de desploma, se deja de agitar de repente.
El sábado en la mañana es repartida la carne entre los vendedores madrugadores de la salida de la ciudad universitaria; En este día post-dramático los estudiantes comen carne batida, molida y asada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario