sábado, 16 de abril de 2011

Un rió es una corriente sublime...
se nos va llevando las penas el fluir de las aguas.
es el destino de piedras resvaladisas; allí cae nuestro corazón de vez en cuando.
viajar contra corriente nos quiebra todas las extremidades...
el agua pestilente se une por vertientes, sube hasta los sedimentos de nuestros errores.
pero superamos las piedras, viajamos cristalinos,
arriesgados, poco amargos, vamos con calma atravesando el destino.
el agua es impetuosa, ruge con nuestro cuerpo encinto de deseos.
sobre las aguas reposadas se elevan nuestros caminos

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