Debí escribirte algo, ¿no es cierto?
la costumbre, que siempre abría las puertas para los amantes...
pues aquí tienes un corazón remendado, dolorido;
inocente de su estupidez, consciente de su maldad.
allí tienes una roca para patear,
un basurero para desintoxicar.
tengo miedo,
si te acercas te prometo que escribiré mil hojas y escapare en prolongados pasos;
por eso estas lejos.
algún día te hablare,
cuando sea tiempo es todo;
existes y hemos de conformarnos,
con ese inventivo capricho que te hace mas interesante cuando no andas rondando.
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