con conmovedoras herraduras para salvajes almas anduve
en los libros de maravillas y las mochilas deshilachadas...
sobrevivimos algunos.
en las canciones hoy abundantes, en las tumbas y entierros
perdimos todos la cabeza.
y los cuentos de los reyes y las manchas de pintura...
todo ello fueron rastros de nuestros ágiles reflejos.
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