convulciona fuertemente por las evocaciones frustradas, pero, en medio de tus ataques epilépticos no olvides sostenerme la mano o cantarme una dulce melodia para hacer mas llevadero mi deseo implacable de sentir.
desconoseme para desnudar mis barreras con la sonrisa demoledora, para acabar con mis temores ocultos y hacerlos flotar como glovos de color que le dan la referencia a los transeuntes estraviados; entonces declara un poema para mi querido desconociodo:
"por rincones de ayer
en lugares perdidos
contra toda esperanza
te buscaba.
en ciudades sin nombre
por rincones de ayer
te busque.
en horas miserables
entre la sombra amarga
te buscaba.
y cuando el desaliento
me pedia volver
te encontre."
pero no me sueltes lo suplico. solo para no seguir desvariando.
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