Hay veces que me pesa la soledad,
y me siento cobarde para rogarla, hasta para pedirla.
me pesa la soledad porque vivo tan acompañada que duele no tener los cómplices de antes ni los amigos del ayer.
duele cuando te asomas a la rendija y vez a todos sonriéndose, besándose, queriéndose, contándose, palpándose.
y es tu compañera fiel de camino, que te recuerda que son solo gente, todo es solo gente.
es tu fiel camino, de maniquís...
tu maniquí se siente solo, se descubre, se teme se ruega.
te tienes compasión, intentas tener la misericordia y paciencia que algún día no permitió que te autoflagelaras.
pero llegas así, repentina y con escudo para consolarte pequeña, para acariciarte cariño.
solo para herirte un trocito mas.
ya luego sanaras...
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