Hoy me inspira a escribir el hecho de creer que somos coocreadores. Que tenemos a disposición las herramientas para generar transformaciones desde nuestro interior y proyectarlos con la certeza de que somos los forjadores de la realidad que queremos vivir.
También reflexiono frente a las veces que estuve aferrada a procesos que me causaron desazón, pero que bajo esta nueva visión entiendo que debí recorrerlos, para aprender de ellos y elegir esta vez con mayor conciencia el camino que voy a diseñar utilizando cada experiencia como abono.
Siento que ya no debo tener ataduras mentales o inseguridades frente al futuro y trabajo en ello día a día, recordándome que tengo la capacidad de gestar un proceso genuino, donde las limitaciones de otros ya no sean un obstáculo para mi crecimiento.
Sé que este sendero representa un trabajo introspectivo profundo y materializado en una acción coherente; pues es más exigente que si hubiera optado por permanecer a la sombra de los demás, porque debo reconocer mi brillo y oscuridad propia, entenderla, abrazarla y emprender el viaje con pleno conocimiento sobre mis virtudes y a su vez mis debilidades. Entender esto, también me ayuda a iluminar los procesos que he venido dejando atrás por ley de resonancia.
También soy consciente que tengo a disposición los elementos para lanzarme a un escenario lleno de desafíos y pruebas, siendo capaz de resolver y superar cada una de ellas. Tengo la posibilidad de elegir desde el espíritu y no desde el ego; desde la autenticidad y no desde la ilusión; desde el autoconocimiento y no desde el fanatismo.
Tengo la oportunidad de ser protagonista de mi historia y de narrarla en los términos que más me motiven, de desenvolverme en el campo de mis convicciones y principios; sintiéndome realizada junto a aquell@s soñadores que están dispuestos a crear desde la libertad y el amor.
También reflexiono frente a las veces que estuve aferrada a procesos que me causaron desazón, pero que bajo esta nueva visión entiendo que debí recorrerlos, para aprender de ellos y elegir esta vez con mayor conciencia el camino que voy a diseñar utilizando cada experiencia como abono.
Siento que ya no debo tener ataduras mentales o inseguridades frente al futuro y trabajo en ello día a día, recordándome que tengo la capacidad de gestar un proceso genuino, donde las limitaciones de otros ya no sean un obstáculo para mi crecimiento.
Sé que este sendero representa un trabajo introspectivo profundo y materializado en una acción coherente; pues es más exigente que si hubiera optado por permanecer a la sombra de los demás, porque debo reconocer mi brillo y oscuridad propia, entenderla, abrazarla y emprender el viaje con pleno conocimiento sobre mis virtudes y a su vez mis debilidades. Entender esto, también me ayuda a iluminar los procesos que he venido dejando atrás por ley de resonancia.
También soy consciente que tengo a disposición los elementos para lanzarme a un escenario lleno de desafíos y pruebas, siendo capaz de resolver y superar cada una de ellas. Tengo la posibilidad de elegir desde el espíritu y no desde el ego; desde la autenticidad y no desde la ilusión; desde el autoconocimiento y no desde el fanatismo.
Tengo la oportunidad de ser protagonista de mi historia y de narrarla en los términos que más me motiven, de desenvolverme en el campo de mis convicciones y principios; sintiéndome realizada junto a aquell@s soñadores que están dispuestos a crear desde la libertad y el amor.
Valentina 7/09/2019
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