Me
he incorporado en un viaje a través de la sombra, cada vez que ella aparece más
me conozco; ya no la siento ajena, ya no pretendo negarla, ocultarla o
silenciarla. Porque es en ella que he logrado conocerme mejor, porque es a
través de su reflejo puedo ver aquellas fases que quiero perfeccionar, los desafíos
cotidianos que se me presentan para sobrellevar la soledad de donde surge mi
deseo, el temor en donde yace mi autosaboteo, la pereza y la distracción el la que desperdicio
mi tiempo. Creo que este proceso de autoconocimiento me puede llevar a un lugar
más equilibrado, ya que la aceptación y la conciencia son grandes aliados para
transmutar esta sombra en luz.
Por
esto, no todo se puede tratar sobre reproches, pues también debo aprender a
valorar cada una de mis virtudes, pues es cuestión de amor propio, de sabiduría
y de entendimiento de los procesos que el ser debe llevar a cabo para su
crecimiento.
Tampoco
es necesario usar disfraces para complacer a los demás, es necesario vociferar
nuestras convicciones con amor, comprender las posturas diferentes a la nuestra
y estar dispuestos a cambiar en el proceso del dialogo y el compartir.
Tener
un poco de tacto al relacionarnos, no llenarnos de expectativas, ser gratos
porque la vida es maravillosa tal cual se nos presenta. Agradecer la oportunidad
de sembrar nuestras intenciones para generar un entorno donde se manifieste la
sanidad y el amor.
Ser
libres de ataduras, miedos y represiones. Tener la oportunidad de encontrar y
manifestar la esencia de lo que somos y ponerlo al servicio de la voluntad
divina y universal.
Caminar
por esta tierra dando lo mejor de nosotrxs, con la certeza de la comunión, de
la eterna misión de nuestra existencia. Edificar nuestra vida con los mejores
materiales y compartir la dicha de ser plenamente con los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario