Esfera de obsidiana dorada que recorre el cuerpo removiendo
los remanentes del inconsciente contenido en las extremidades.
Sueño lucido que llega para sanar a través de un rostro
antiguo, despertando los símbolos encriptados en el cuerpo y sacudiendo al ser
hacia la profundidad.
Barriendo las memorias, desatando los cabos karmicos y
anticipando una reafirmación en la esencia.
El sueño, sueño es.
Pero al vivir un sueño tal, la realidad
se trastoca y despiertas preguntándote si en alguna dimensión existe ese
espacio multidimensional que dio libertad a tu ser.
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