sábado, 29 de octubre de 2011

Oxido predestinado


Provengo de una manzana partida en trozos injustos, el arma que me atravesó el alma ignoro a la búsqueda interminable a la que me condenaba; al contrario de las naranjas, tengo dilemas magnéticos, insatisfacciones oxidadas, y marchitas esperanzas. cuando era un fruto sano he ignoraba mi multitudinario pesar, procure que una única  porción encajara en mi corazón. hoy se que el cianuro es desechado por quienes muerden las manzanas, las murallas ya advierten que no se debe comer desesperanza y las porciones prefieren no circular por aquello que desconocen.

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