martes, 8 de febrero de 2011


Un sonido perturbando mi cabeza; ruido que golpea el pavimento extendido por los rincones mas horribles, por el aroma a cabellos caídos, a desilusiones.
el smock insensible que me hipnotiza; las extremidades langarutas y sin motivo, andan con la cruz del mundo sobre su costado, en un costal de azúcar pegachenta, fetichista, de nuevo caprichosa y masoquista.
La sed insaciable de un dulce ideal, la derrota constante de la misma mierda.
Un pleito embriagador nos dopa totalmente, pálidos y decaídos; caminamos por calles de grasa, sudor, atropellos y senos.
Despertamos de nuevo, con un puñal y una guerra entre ojos; sobrevivimos exhaustos.



Expresar ego-latricamente la inconformidad hacia los humanos y sus ineptos sistemas de orden, que acaban con el semblante de cualquier idiota como yo.

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