lunes, 21 de febrero de 2011

Corazón salvaje.


Contuve esa manzana en mi boca seca, como guardando entre mis paladares los sabores del mundo que en un segundo segregaban los jugos mas exquisitos.

sangro a sabia pura la rama cortada, y dejo lleno el machete de fluidos vasculares reflejados en el metal reluciente.
enredados en la madeja del mundo salvaje un gran actor instintivo plasmado en el cuadro que la ardilla pintaba.
cuando ella y su familia observaron su creación, desearon imaginar que ya nadie sentiría daño jamas.
un zumbido en el ambiente cayo junto a la pintura al que se le clavaba un agijon lleno de entrañas; se escucha un grito de muerte y las palmas empiezan a aplastar a las abejas aun vivas.
el ligero crackear de una de las alas cortadas de los huesos machucados y de los respiros asfixiados y agitados.
un cucarron sin vuelo, un loro sin color, unos cerdos sin crías y varios caballos con carretillas aglomerados entre las ansias incontenibles. sin poder hacer nada en absoluto los chirridos de sus cantares.
Una canción caris-baja y multicolor, atrae al arcoiris y espanta a los circuitos polucion.
Ave melodia, tarareada con belleza por el compás de sabias brutas*.
Un croroplasto removido por el pensamiento, sufriendo levemente, las ortas de las vacas reventadas, los ojos saltones de loas insectos; un pleito constante que depreda con una gota de sangre las carnes crudas, en un colmillo carnívoro, temores inocentes, naturaleza rueda; canción, imagen, pintura, colmillo, pierna, hambre.
Un pleito, un individuo agresivo, con la sofisticacion de la mantis asesina su a amante; huye la cría de un piojo, olvidando en 4 segundos como un pescado a su culpa, a su vida.
se fusionan  los rasgos carnudos y exquisitos en la competencia bio-logica que se agotan con la sed de un hogar futuro, un individuo que fluya como debe*, sin un hombre que le perturbe y viole con sadismo y cevicia.
El prado agitado refunfuño en contra del viento tormentoso que le sacudía con desdén mientras el pasivo intentaba mantenerse erguido he impasible en la tierra húmeda de plasticidad.
Trae el dia soleado un sociego pasivo y una agitación movediza, y transformandose en el capullo, metamorfosis de una mariposa en hongo alucinógeno, que vuela sobre todos, y besa a los humanos con conciencia siluetada en las advertencias del modelado ruiseñor.

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