jueves, 3 de febrero de 2011


Calientes las venas son capaces de sacar cualesquier problema como si fuera una decisión a enfrentar, está envuelta en la decepción y la obligación imbécil, se limita a obedecer, a recibir quejas y gritos. Pero tal vez es hora de huir, por cobarde que suene…huir por ser sensatos y humildes, por reprimir puñales, por no ser carga.

O aguantar, pero es difícil; tanto que es mejor salir, evadir, volar y no dejar que los gritos y ordenanzas “ de los que mas te quieren” te absorban, manipulando tus deseos rebeldes, cuestionando cada actitud, cada lugar en el que te sitúas…importando estúpidas cosas, un plato, un baño, un orden que desbordas para dejar que la rabia que te invade, explote en alejados momentos sin afectar ni a uno solo de los que toquen las armas de tus brazos y boca.

Creen que me podrán controlar, no mientras sea libre.

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