Entiendo que los errores solo es posible transmutarlos mirándolos a los ojos, reconociéndolos, abrazándolos, reconciliándose con ellos...No evitándolos, jugando a ignorarlos, disfrazándolos o ocultarlos con lisonjas; estoy aprendiendo que una emoción no puede contenerse, porque enferma, que toda sensación tiene una raíz y que si no se llega al fondo, la vida se desenvolverá desde la ilusión. Prestar mas atención a nuestra emoción sin tratar de evitarla, sino dándonos cuenta de esta y tratando de comprenderla y sanarla, nos ayudara a tener una vida un poco mas coherente cada día.
Aveces esperamos que sean los otros quienes aprueben nuestro trabajo, pero esto se trata de amor propio, de sabernos valorar y poner nuestro trabajo interno como prioridad, reconociendo ante los demás nuestra condición humana, aceptando que nos equivocamos y que estamos en proceso de aprendizaje, que nuestro carácter debe pulirse, que nuestros sentimientos purificarse.
Mientras nos sigamos mostrando con caretas ante el mundo nos seguiremos engañando, nuestra misión es despojarnos de todo engaño, daño, miedo y temor; revisar el dolor y soltarlo con valor...Reconocer que la realidad que hoy vivimos es nuestro reflejo interior y que tanto lo que vemos afuera como adentro esta mostrándonos un aspecto de nosotros mismos con el que debemos trabajar, así que no temamos ser, vivir y florecer en el flujo orgánico de nuestro proceso. Aceptemos y amemos esta experiencia como única, tratando de envolver cada situación con comprensión, esa es la madurez que puede encontrar un pequeño al descubrir que el mundo es tan grande como el infinito, la inocencia retorna cuando vemos nuestra naturaleza interconectada con el cosmos y nos ofrecemos completos para que el orden natural nos guié a través del tiempo y el espacio hacia la trascendencia.
Dejemos de pensar en que somos "mas" o "menos" evolucionados por el numero de teorías espirituales que conozcamos, seamos simples, apliquemos en la vida la justicia entendiendo que todos somos uno y que vivimos para aprender de todos, sin distinción, cada uno es una muestra de la perfecciona del amor si nos dejamos ser desde nuestro verdadero y natural impulso consciente de crecer.
Dejemos de envidiar al "otro" y revelemos nuestra propia conciencia, nuestros dones naturales y únicos que pueden aportar a este tejido transformador de la humanidad, aprendamos a valorarnos y valorar todo lo que nos sucede, incluso tomando los grandes ejemplos en nuestra vida, tomando a cada ser como maestrx...
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