domingo, 1 de marzo de 2015

Las emociones no pueden contenerse,
Cuando se ama verdaderamente nunca se apaga la llama vital que alimenta la transformación del ser; este es un proceso que nace desde lo profundo,  que vincula sin atar, que conecta sin presionar, que no obliga, no sofoca, sino que deja fluir hasta que la vida misma revela el ciclo, el tiempo, el encuentro…Te pienso en libertad, quiero verte volar y escuchar la vibración de tus centros, quiero verte crecer y acompañar tu metamorfosis; quiero despojarme de mi orgullo, quiero aprender a expresar mis sentimientos, que nada  endurezca mi corazón, que todo aprendizaje sane, que este árbol despierte siendo consciente de su potencial desde su raíz más profunda hasta su rama más alta, para que entienda que su ser puede extenderse y conectarse con el universo,  por medio del núcleo de la tierra, del latir sincrónico, de la vibración en el eterno baile cósmico de amor, donde las almas se encuentran y florecen en unión; todo temor es desatado,  todo patrón erróneo olvidado, cada respiración es una invitación a renacer.
En este proceso de autoconocimiento, me encuentro ante mi  propio reflejo, surgen figuras ocultas por el tiempo y la vergüenza para recordarme que la sombra que existe en mi interior debe revisarse, aceptarse, limpiarse; ya no la miro con odio o con temor, empiezo a rodear mi figura a invitar a ese subconsciente personaje a que juegue con migo y me recuerde que la locura y el caos algún día hizo parte de mí, no niego que sus laberintos sumergieron a mi mente y que sus actos me entretuvieron, pero ahora que busco claridad reviso mi pasado desde otra perspectiva completamente novedosa, casi analizándola desde un plano abstracto, donde el personaje que creado se desploma con el barrido del tiempo, incluso dudo de ese reflejo dudoso en constante cambio, realmente quiero liberarme del engañoso ego que entorpece el caminar; de pronto encuentro una memoria adherida a mí, tendencias y llamamientos inscritos en mis genes, en los círculos de mi familia, pero quiero resonar por mis propios medios, quiero ser emperatriz de mis emociones he instintos, controlando pacientemente mi mente y cuerpo, volver a la integridad, viajar hacia el origen de las manifestaciones externas y explorar mi camino con sinceridad.
En el amanecer se reconocen los matices, la luz no enceguece ni la sombra oculta, porque un equilibrio dinámico está generando un espacio de plenitud, donde el recorrido es en sí mismo se disfruta, caídas y elevaciones son parte de su realidad temporal. En medio de este ecológico entramado, una mujer camina, perdonando cada vez sus distracciones y retornando a su naturaleza primigenia, que le lleva indubitablemente a su realización; no importa cuánto tiempo lleve este proceso, porque tiene una eternidad para trascender, si el inframundo aparece ante sus ojos, ella lo enfrenta con dibujos sobre rocas y semillas de árboles de los cuales surgen flores de vida y fructifican esferas de saber vital.
Catarsis que se permite  ser, sale por las grietas, comienza a reconstruirse, trata de desenmarañar la complejidad, se busca en los estados de ánimo y se halla en mil caras del pasado.  Esos secretos que se escondían en el mundo interno, empiezan a aparecer, a llamar, a reclamar su espacio; entonces se escudriña la mente a medida que el cuerpo somatiza,  viaja hacia el interior con cuestionamientos que se resuelven en una dimensión energética. Este es el maravilloso proceso de autoconocimiento, donde se abandona el temor a sí mismo, allí  en la matriz natural donde se reafirma el ser y el hacer desde el abandono del no ser.

II
Si vivimos el proceso de enfrentarnos a lo desconocido, a nuestras inseguridades, a nuestras raíces, a nuestros sentimientos; entramos a un espacio extenso, donde las relaciones que hemos generado están marcadas por nuestro pasado, donde nuestra memoria morfogenética ha sido influenciada por las acciones de nuestros ancestros, donde nuestro campo energético está conectado por fuerzas y vínculos que no siempre hemos elegido; identificar nuestros patrones y estar en capacidad de traerlos a la conciencia y desatarse es parte del trabajo para ser libres.

Abrir una puerta a los mundos del subconsciente, donde cada acontecimiento nos lleva a conocer nuestro interior y a penetrar en el origen de nuestra enfermedad para dotarnos de herramientas de conocimiento y sanar desde lo profundo.

Ver la luz en la oscuridad del subconsciente, limpiando cada rincón, seleccionando los frutos que alimentaran a la comunidad, fortaleciendo las bases, abriendo constelaciones para aterrizar en la tierra; reflexionar, meditar, liberar, entender, comunicar, servir.


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