Me pides que escriba esta vez, yo me veo restringida por la inspiración que se queda en el silencio de la banca en la que nos sentamos; dijo que no tengo emoción, porque me acople tanto a ir de un lado a otro, de conocer y desconocer, de olvidar...Que se fue espumando eso que podía contar.
Pienso que son demasiadas hojas, que ahora no puedo mas que aspirar que una brisa las arranque de mi cuerpo; creo que son tantas palabras que se han ido gastando, hasta quedar oxidadas en el olor a eucalipto fresco, en historias vencidas por el tiempo que nos transformo en pétalos de pensamientos; es tanta gente, tanto texto, tanto andar...tanto y tanto que no es nada.
que esperar ya se hace sin entusiasmo, que la soledad ya no es mas que un estado normal, y enamorarse, es un acto de perdición.
esos cuentos que tu solías decir, fueron como una realidad que pintaste a mi cómoda vida; a través de esa ventana que extendiste entre las hojas, camine por esos senderos locos y descontrolados;aprendí que no soy mas que una burbuja que tiene un paraíso dentro, que tiene la quietud de su lado, que en fin, es ignorante de la crudeza del asfalto y la necesidad.
Intento persuadirte que todas las cosas serán mejores, mas se me derrumban los argumentos; no tengo forma de justificar al destino que es tan indolente, te deja impotente frente a todo y nosotros solo lo miramos desde dentro,teniendo cuidado en que sentimentalmente no nos afecte como suele hacerlo.
El malestar de no sentirnos vivos, de querer ser grandes, pero tender a mediocrizarnos con la pereza y el ruido que nos dejo temblando en un lugar errante. En nuestro lugar común, que esta sincronizando la muerte de los pájaros.
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