jueves, 26 de mayo de 2011

Nunca nos imaginamos que tanto duele un hombre,
porque cuando el corazon es punzado con fuerza, se desangra la vida misma;
 y con este todo el deseo de volver a amar.
Pero, cuando ya va sanando
se acepta con real valentia la espera.
Haciendo honor a mi ingratitud te arrincono:
aunque tu imagen me persigue, esta en el foro de todo el escenario
haciéndose mia, vigilando cada palabra que tu haz enseñado a mis labios
que grato fue este aprendizaje...
pero que triste, que triste es quererte
 persivirte en el silencio absurdo.

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