domingo, 8 de mayo de 2011

El sueño de una madre

El sueño de una perfecta madre es imposible, es igual a que tu desees una perfecta hija.
Y pese a todo eres ese sueño que se presenta como lo más perfecto que conozco.
Un girasol sabio y humilde que gira con el sol que nos ilumina; porque también siendo agila emprende los cielos más altos con su grandeza.
¿Como empezar a declararte mi amor imperfecto, mi gran amor?
¿Como empezar a tentar a las palabras para describir tu inagotable lucha, carisma, importancia?
tu enorme corazón que se ha sacrificado por mi pequeñez.
 Me condeno por ser la reprochable y caprichosa pequeña que nunca dejo atrás la inmadurez, y que dependen de tu nobleza para surgir; necesito de tus tiernos ojos que se conmueven por mis errores; de tus extensos brazos que van limpiando toda mi alma y temores.

Pequeña “Carta a una madre”:

Siempre que permanecía en aquel cuarto solitario, tenía la terrible sensación de haber perdido la oportunidad para demostrar que aun te amaba. Que eras incluso ese estandarte que me mantenía en vida. Pero, siempre cobarde… temblaba de pensar que de nuevo recibiría un reproche, pues para mi pesar, nunca fui lo que quisiste.
Entonces revisaba una y otra vez en que nos habíamos equivocado, para que esa distancia inútil se hubiera apropiado de nuestros cuerpos, anunciando tal vez que vivir bajo un mismo techo era igual a permanecer a kilómetros.
Culpo a la televisión, a el computador, al tiempo, al oficio, al malgenio, a que ya no tengo animo de nadie. O quizá el motivo más importante es que no quiero acercarme con mi pensamiento tan chocante y diferente a lo que tú eres, porque para nuestro pesar también he cambiado; para bien o para mal siguo siendo una humana.
Tu eres mi humana mas ejemplar, y me da vergüenza admitir que no pude adehir varias cosas de esa magnífica guía; me cuesta tener un montón de criticas acumuladas de todas partes, por que no soy un producto esperado.
Todo ha de tener solución, madre mía. Tu siempre encuentras la mejor manera para resolver las cosas, ¿Como puedes decir que no creo en tu inteligencia? –si para mi eres la mujer más sabia y correcta de mi universo.
Y recuerdo, siempre veo tu rostro con un beso dulce para mí que envías desde cualquier distancia para fortalecerme, la fuente más viva de mí alrededor, la risa más clara y la Mujer más correcta.
Pese a cualquier defecto que venga desde mi fabrica, eres tu una alfarera excelente; pues siento cada hendidura desde tus dedos como amor, solo amor que proyectas a todos lados porque quieres mi bienestar; por supuesto yo no lo entiendo, solo me duelen algunas amasadas, pero cuando disfruto a veces de aquellas figuras que tu haz hecho en mi vida, entiendo el porqué de las quejas y   felicitaciones.
Entonces veo también el cumulo de sonrisas, besos, abrazos, caricias, renuevos…que me hacen comprender que tu eres aproximadamente una madre perfecta, una que mi sueño no pudo inventar por ser demasiado humana y a la vez incomparablemente astuta.

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