Algunas veces en la vida hacemos daño a personas que amamos sin siquiera darnos cuenta, a veces nos sentimos heridos por personas que nunca quisieron dañarnos…Entonces pienso en lo intrincado que es el tejido de las relaciones y trato de desenredar mi propio tejido, como una ermitaña moderna que se ha visto en la necesidad de enclaustrarse en su hogar para desentrañar el misterio de su vida; en un proceso de análisis, entrega, limpieza, catarsis, locura, tormenta y renuncia. Sí, renuncia. Renuncia a tener relaciones conflictivas, renuncia a las expectativas que puse sobre ti, renuncia a presionarte, renuncia a juzgarte, renuncia al drama, renuncia a verte como otro diferente a mi, renuncia a señalar tus errores y renuncia a cualquier manifestación de odio que desde mi pueda proyectarse.
Suelto y agradezco las grandes lecciones que en vida me haz brindado, por las veces en las que me hablaste y por las que preferiste callar, por las veces en las que te enamoraste y por las veces en las que te desilusionaste de mi; por las veces que buscaste en mi llenar un vacío y por las veces en las que te sentiste plenx a mi lado. Agradezco, pues todas esas experiencias son el abono de mi futuro. Y las semillas que recogí de estos momentos son las que con amor voy a sembrar un fértil territorio, con un fundamento verdadero, donde el propósito superior me muestre con claridad el camino donde puedo superar todo juicio, donde puedo recordar que el amor es el sustento y nada diferente a ello puede rodearme.El resto, la ilusión, cae bajo su propio peso. La verdad es rebelada para quien aprende que en la vida existen leyes superiores, que el juicio divino es un principio y el karma opera en muchas formas. No existe energía que se desperdicie en este basto universo.
Por eso, vuelve a ti, encuentra el centro que te conecta a la realidad, al amor divino, a la sabiduría infinita, al incondicional campo de sanidad, al eterno sacro-oficio del ser autentico. Por un momento, suelta las cargas que te has autoimpuesto y encuentra la satisfacción en el ser completo que ya eres. Agradece por los alimentos y la provisión que recibes a diario por gracia y continua este proceso de evolución.
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