domingo, 11 de diciembre de 2011



"Teníamos empapados nuestros días de una extraña felicidad indescriptible, como lo íbamos a poder describir si ella, la autora de esa felicidad, era la persona menos imaginable del mundo" Berenice.


 Berenice me persigue, ¿Que le puedo decir?

Que no le quiero escribir, que no puedo ceder ante la evidencia de estar íntimamente relacionada a ella, que prefiero tener  líneas de explicaciones redondas, que la llevaran a donde ya estaba. Le puedo decir que en mi no hallara nada.

- Berenice- Si te unes a mi forma de sentir, será tu perdición; 
ya han escrito de ti, sobre ti, penetrándote a ti. 
¿Para que necesitas tanta sensiblería?
Te la daría solo si pudieras volar y sentarte en los ojos de esa niña que se viste rosa, si te quitaras por fin esa fuerza roja que nos ataca.
A mí no me vengas con que te debo describir, que debo contar lo desenfrenada y instantánea que eres, 
para que recoger las trampas de ratón; si allí dejaste nuestros estrógenos como advertencia; 
para que escucharte si aquí tengo un siglo conociendo tus detalles.
Y me dicen que eres hermosa, pero yo no te quiero conocer; ni siquiera reinventarte, será un fracaso, te lo aseguro.

Lo que yo pueda decir para convencerte no interesa,igual, aquello que uno no quiere hacer es a lo que más se atreve.

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