martes, 1 de octubre de 2019

Indómita


Vislumbro el horizonte, mas no puedo distinguir con exactitud lo que este me depara. Solo puedo sentir la emoción desde mi centro impulsándome a dar un salto hacia lo inconmensurable. 
Veo el pasado, como eso que me permitió llegar a mi presente; sé que en los procesos nadie es indispensable y aunque me costó asimilarlo, hoy puedo transitar sin apego a estos; pues entiendo, que el fruto de la realización se aproxima a mi vida a cada paso. Porque entiendo que los sueños y propósitos que me he venido trazando tienen una forma particular de implosionar y detonarse en el tiempo apropiado. 
No tiene sentido aferrarse a ninguna ilusión o teatrino, pues la libertad ha de ser nuestro destino. Esa que se alcanza resolviéndose en el tejido interior, en el reordenamiento de los hilos de nuestras relaciones próximas, en la esencia del acompañar realista, en la lealtad de nuestros procesos y emociones.
¿Qué estructura podrá contener tu ferviente deseo por ser libre de exigencias? ¿Quién podrá negarte ser? ¿Podrán acallar tu indomable instinto por vivir siendo coherente con tu llamado interior? Nadie podrá someter  tu naturaleza innata. Cualquier intento de apaciguarte será un esfuerzo en vano. Porque los seres sentipensantemente libres NUNCA cesaran de enunciar con orgullo sus convicciones, pues su carácter indómito los llevara naturalmente hacia una incesante lluvia de satisfacciones;  la magia y el destino revelaran la causa de sus pasos, los cuales dejan un rastro autofloreciente en las ruinas del sistema.

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