sábado, 28 de julio de 2018



Luna que te anuncias, reflejando el sol del corazón central de la galaxia,
Marte que te avecinas como amante de la luna eclipsada por el amor,
Luna rojísima del pregón del siglo, donde infundes una transformación profunda
teñida de la menstruación de mujeres que van sanando su útero...
Que laten al compás de la energía protectora de una madre que abraza incluso la sombra;
Luna hermosísima de Karmas y liberaciones, luna que iluminas con fuero juvenil el fuego de mis reflexiones;
Te avecinas con transiciones lentas hacia la penumbra total, vivenciando el vacío que todo lo intuye, lo ve y lo colma…
Eclipsando como una obsidiana el interior de mi cuerpo, maullando a la luz de un inverosímil sueño eterno…
Trascendiendo el ciclo de la ausencia, por la omnipenetrante potencia liberadora del ser;
Soltando la aspiración del ego, para entregarse al propósito impronunciable de lo inédito,
Versando y besando bajo la luz que se difumina en un abrazo de unidad magestuoso,
Como romántica escena del juego inconmesurable que se teje con el suspiro de la ley universal,
Los hilos sutiles del pensamiento que a la vida dieron origen, retornan a su punto de gestación,
Allí, el impulso, la potencia, la conciencia de la integralidad.
El heraldo que codifica la ciencia de la naturaleza y el arte de la experiencia…
El lenguaje que se expresa en silencio, el comienzo y el fin, la nostalgia y la plenitud, el sosiego y la actividad.
La ruleta de miles de revoluciones, la orquesta de todos los fractales, el retorno al centro. 
La lo-cura incomprensible del elocuente co-creador de los misterios...
Junto a Mercurio, Marte, Venus, Jupiter y Saturno se pinta la escena cósmica en este tiempo.

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