Sagrada familia multicolor,
Siento nuestras palabras, rezos, semillas y mochilas alrededor del mundo, multiplicándose y germinando en nuestro interior.
Durante la estancia en otro continente, la vida me lleva a descubrir otras facetas de mi ser, el cual debe elevar su mirada y transformarse a través del flujo natural, adaptándose a las condiciones, adquiriendo aprendizajes desde el compartir, percibiendo el invierno con todos los sentidos, visualizando propósitos, desterrando paradigmas, desatando apegos, cambiando de piel, jugando, expresando, amando, viviendo el presente.
Nunca olvido las hermosas acciones que se llevan a cabo en la tierra de la cual soy originaria, mis raíces se encuentran conectadas al territorio donde los páramos alimentan y purifican el agua de nuestras lagunas sagradas, desde donde se levantan poderosos rezos universales, donde los guardianes permanecen despiertos y los niños siembran con sus manos en la tierra fértil, las mamas tejen símbolos profundos del gran misterio y los abuelos nos brindan la sabiduría de las plantas.
Cuando me conecto, de inmediato todo se vuelve hermoso, creo una y otra vez en la unión, sé que no estoy distanciada, me sueño en los círculos, donde los espíritus resuenan al unísono, cantando conciencia, construyendo libertad.
Así reafirmo mi camino, escuchando sus palabras desde la aparente lejanía, atendiendo a sus llamados, acompañando desde la intención los espacios, sincronizando tiempos, observando las estrellas que brillan en todo el universo y que traen grandes desafíos, me entrego a este proceso cósmico, sirvo a la energía todopoderosa y vibrante de la creación, así como mis hermanos, estoy dispuesta a renunciar a mis miedos y la raíz de la ilusión, vuelvo a ser uno con la naturaleza y la inteligencia magnánima que la estructura de forma perfecta.
Realización para todos.
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