Siento como acompasas mi paso, lento y dubitativo; voy hacia tu encuentro, allí, donde yace mi conciencia. Tenerte a tí por siempre, observándome, preguntándome sobre el caminar precipitado de los amantes, sobre el tono de voz de los alegres, sobre el frenético sudor de las maquinas... Anidada en el fondo de mi ser, tienes acceso a lo mas intimo: conoces el pensamiento, la meditación, la tristeza, los sueños, la esperanza, el canto, el juego, el resplandor...Eres esa presencia misteriosa que habla contundentemente, que aspira desentrañarlo todo, incluso aquello que no esta al alcance de su entendimiento; pretenciosa soledad, entre las gentes; pretenciosa servidora de la singularidad, pretenciosa alma "individual". Te llevare dentro de mi, edad del sol, soledad solemne, mística y profunda.
Las murallas de tu cuerpo no te permiten experimentar la plenitud, el reflejo de tu alma no tiene la grandeza de su creador. Hablo a tí, alma mundana, equivocada en sus juicios y prejuicios, atormentada por efímeras existencias, condenada por el Samsara de la vida. Anhelante -soledad- de despersonificarse, para finalmente realizarse en el universo entero...
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