El cristal que cada UNO es, nos permite penetrar en la sombra más nebulosa, para renacer en la luz de multicolores reflejos, en donde hallamos un incesante flujo de energía creadora, que se halla en el ciclo perpetuo del infinito; a través de sus visos iridiscentes, se empiezan a distinguir las espirales originales del génesis universal. Ese punto de origen que flota en la inmensidad, permite reconocer a la totalidad como unidad, la cual evoluciona a través del místico ejercicio de explosión/implosión; durante el proceso de expansión donde el todo crece, las vibraciones se ubican según su nivel evolutivo, en el proceso de comprensión donde se condensa, las vibraciones se fusionan; la UNIDAD es la matriz fundamental del todo, a partir de la cual todas las posibilidades son generadas...En ese momento eterno, el cristal introspectivo se observa, acepta su naturaleza, reevalúa la dualidad, percibe la realidad, transmuta su ilusión y transciende las fronteras liberando a su ser del ego. Se abre una puerta, se devela un camino, se abandona desde las entrañas la enfermedad, lo que da paso al amor incondicional en este eterno juego de historias sin desenlace…Una y otra vez la entropía causa al orden y de la penumbra nace la luz.
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