En la experiencia lumínica del espiral que se recrea,
Aparecen formas diversas que representan al uno,
en el orden perfecto de la realidad manifiesta,
la naturaleza divina se refleja en cada holon,
la creación que se hace carne en las cuevas internas del ser que se autodescubre,
la vida que cobra sentido en el tejido cósmico,
Allí, donde no existe la ilusión,
se extiende la esencia pura del amor,
en ese escenario de caminos intercalados, se entreteje la experiencia de realidad,
en algún plano de existencia la conciencia se autoreconoce,
el maestro original aparece en diferentes rostros,
en variedad de formas que evocan un mismo sentido:
la profundidad del misterio impronunciable,
la magnificencia del supremo indefinible,
la eternidad de la conciencia primigenia.
la auto-regeneración de la conciencia superior
la cíclica naturaleza de la evolución de la conciencia,
la muerte del ego y el reconocicierto de lo divino.
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