jueves, 13 de diciembre de 2018

La realidad en medio del sueño



Después de vivir intensos días de terapia interior, me pregunto cuánto tiempo puede perdurar una máscara, pues inevitablemente a de deshacerse cualquier ilusión con la cual pretendamos encubrir nuestro ser auténtico. Considero que lo mejor es elegir ahora mismo lo verdadero, dice un adagio popular: “la verdad ante todo”, incluso, cuando esta se muestre de una manera cruda.
Es preferible reconocer que cada acto y reflejo que vemos en el “exterior” nos habla de lo que somos, pues se presenta justamente para revelarnos un aspecto de nosotrxs mismos. En este sentido, el miedo pierde poder y el amor empieza a mostrar el propósito de nuestra vida, ya que somos artífices de la “realidad” que proyectamos. No hay otrx al cual juzgar, no hay otrx a quien responsabilizar por nuestro conflicto, pues todas las exigencias que hacemos a los demás, primero deberíamos hacérnoslas a nosotrxs; por ejemplo, si espero ser valorada, primero debo aprender a valorarme; si espero ser amada, debo aprender a amarme. Es un sencillo principio, que se evidencia en lo que pensamos y decretamos a diario.
Es necesario un ejercicio constante de autobservación que permite identificar los patrones que nos limitan, para cambiarlos por programas que nos lleven hacia la libertad de nuestro ser. Con esto, me refiero a aquellos comportamientos que se repiten inconscientemente, a las formas tras las cuales nos refugiamos para sentir que estamos en lo correcto; pero debemos llegar a fondo, ¿Qué seriamos sin nuestros disfraces? ¿Sin las muletas doctrinales que nos sostienen?¿Qué seriamos sin nuestros fetiches?¿Qué seriamos sin nuestros apegos? ¿Qué sería de nosotrxs si dejamos de pensar que lo externo es aquello que nos da fuerza y empezamos a buscar el verdadero poder que se encuentra en toda la creación y que invade todo nuestro ser?
Aquí y ahora, podemos decidir amar, aquí y ahora podemos elegir la vida, aquí y ahora y por la eternidad podemos experimentar la paz. Ello implica entregar nuestro ego como ofrenda, ceder ante una voluntad divina, soltar nuestras creencias más férreas, disolver todas nuestras armas y usar nuestras herramientas de sanación sabiamente.
Muchas veces mis padres me cuestionaron el por qué le daba poder a las cosas materiales, pues en el fondo estas carecen de valor. Ahora sé que el verdadero valor subyace a lo aparente, mas alla de los significados, pues surge del espíritu que es la energía que gobierna todo el universo. Esta energía lo permea todo, es ilimitada y está a nuestra disposición, con respirar y acallar un momento el zisageo de la mente, podemos encontrar este campo infinito de cocreación.
Recuerdo el poema de Calderón de la Barca que aprendí desde pequeña y dice que la “vida es un sueño”. Pues intenciono despertar hoy y para siempre de este sueño, quiero liberarme de las redes de la ilusión (Maya) y vivir eternamente libre. Sé que esto es posible con la atención plena, con el entendimiento, compasión y amor incondicional; los cuales no son conceptos abstractos, sino vivenciales, que deben entrenarse con denuedo momento a momento. Reconociendo que somos niños santos, en un juego sagrado que nos permite volver la mirada a nuestra inocencia, la cual permanece intachable, porque en cada uno, hay un cristal espera brillar con todo su esplendor.
Att-Fractal Aro Iris
12/12/2018