viernes, 15 de mayo de 2015

TRANS-FORMA-SION



La forma es solo la cascara de un misterio más profundo, la creación es un hermoso engranaje compuesto por diversas formas de percepción, en un  universo donde todo está vivo he interrelacionado, se empiezan a manifestar elementos con determinadas gradaciones de vibración, esto nos permite sentirlos, recrearlos y conceptualizarlos; la realidad que observamos es un  maravilloso flujo de energía integrador, nuestro cuerpo se compone de los mismos fractales que el resto de la existencia, pertenecemos a este tejido de geométricas figuras sincronizadas con el ritmo de la fuente; en este punto podemos reconocer nuestra conexión con el todo; cuando somos conscientes de que en cada segundo reconstruimos nuestra realidad, un potencial infinito se presenta ante nuestra mente; donde la separación se ha calificado como ilusión, renace el estado de unión donde la dualidad es reemplazada; nuestra aspiración a experimentar esto sin ataduras es un poderoso impulso que guía nuestro ser a una posición más respetuosa con la naturaleza que nos alimenta.


Re-cono-ser el orden existente en nuestras vidas, en la incesante alquimia que yace en nuestro interior, en el juego entre partículas donde la memoria existente en una  cadena de doble hélice que se ha replicado para conformarnos con la información de miles de especies presentes en nuestra información genética.

Aunque somos el resultado de esta dinámica orgánica, la globalización de una mentalidad necrófila  que promueve el consumo de ilusiones nos ha negado nuestro natural impulso para seguir una cultura diferente, donde se erradica la contradicción existente entre esta sociedad y la naturaleza; siendo nuestro objetivo el vivir armónicamente en la naturaleza, donde no se violen sus leyes, que son cíclicas y renovables; sino donde, sabiamente nos adaptaremos a su ritmo, respirando la pureza del bien-estar espiritual.