LA MUJER QUE PERSEGIA AL SOL DE SU CORAZON
Había una vez una mujer que tenía el corazón de concreto y el
cuerpo fabricado con plástico; ella pretendía hallar comprensión en el mundo
extrovertido de los trajes pintorescos, en el juego de las máscaras, en el
abrazo desinflado de algún hombre caótico.
Habitaba en la ciudad de edificios roídos, donde los
zoombies caminaban atrapados por cadenas de consumo, en el alimento sintético, en
el frenesí del vacío. Pero evidentemente, la insatisfacción era más honda cada
vez, el corazón se iba opacando y la tormenta
acompañaba esta tragedia, fabricada
por su propia mente.
Un día, cuando su cuerpo se deslizaba a través de calaveras adictas del suburbio, su esclavitud se le hizo insoportable, sintió comezón en s
u piel lubricada, un
intenso calor la invadió, comenzó a gritar desesperada – ¡ayuda!- . Hasta que una
mujer escucho su clamor y cubrió su
vulnerable cuerpecito con un puñado de plumas olvidadas por las gruyas en la
plaza de Bolívar, de pronto, la caricia
de las aves penetro en su regazo brindándole la fuerza transmutadora de la paz.Un día, cuando su cuerpo se deslizaba a través de calaveras adictas del suburbio, su esclavitud se le hizo insoportable, sintió comezón en s
Cuando busco la luz, esta lo manifiesto todo, nada podía
ocultar, ninguna ripia de sufrimiento pudo albergarse sin ser descubierta ante
ella, este fue el proceso que realmente produjo su éxtasis; el encontrarse, el convertir la cera en vida , el reunir los pedazos de la
mujer que, el enfrentar sus temores, ya no temía verse desnuda, porque no
pretendía ser perfecta ante los ojos de la sociedad voraz, que no espera
transformar el mundo sin antes haberse desempolvado dentro y sobre todo, que no
sentía culpabilidad por sus emociones, sino que buscaba la raíz profunda de estas
y aceptaba las condiciones de la vida sin rencor, aprendiendo de ellas lo
necesario, viviendo de manera sencilla
para emprender un nuevo comienzo dirigido hacia la sabiduría.
Sí hay algo que le molestaba, tenia el carácter suficiente para expresarlo y vencerlo; confiaba lo suficiente en sí misma y es capaz de emprender vuelo sin envidias, soltando su pasado, entregando su futuro al gran espíritu universal que guía cada una de sus visiones y decisiones. Hasta que llego al sol.
Sí hay algo que le molestaba, tenia el carácter suficiente para expresarlo y vencerlo; confiaba lo suficiente en sí misma y es capaz de emprender vuelo sin envidias, soltando su pasado, entregando su futuro al gran espíritu universal que guía cada una de sus visiones y decisiones. Hasta que llego al sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario